caminos-elisa-rizo.jpgCaminos y veredas: narrativas de Guinea ecuatorial (varios autores)
(Dirección de Literatura, Serie Antologías, seleción y prólogo de Elisa Rizo, presentación de Laura López Morales, UNAM, 2011)

 

La publicación de esta antología “constituye un parte-aguas en la América de habla hispana pues se trata del primer compendio literario ecuatoguineano en español en ver la luz de este lado del Atlántico”, de acuerdo con Laura López Morales, autora de la presentación. Resulta todo un descubrimiento, añade, “saber que Guinea Ecuatorial, ese pequeñísimo país africano es como México y como el resto de Hispanoamérica, hablante del castellano” y que, igual que para nosotros, “la lengua es herencia de una historia colonial”. País ubicado en el Golfo de Biafra, Guinea Ecuatorial tiene, a decir de Elisa Rizo, autora del prólogo, un diverso y “nutrido cuerpo de oralidades que permean y representan, en muchos casos, una multibase cultural del saber local”. Rizo agrega que el cuento guineoecuatoriano “surge con mayor fuerza a partir de los noventa entre los escritores que viven en Guinea Ecuatorial.” Un rasgo llamativo “es que muchos de ellos se centran en temas urbanos, sobre todo en la ciudad de Malabo.” Es una literatura de la que emana una estética “que responde al ímpetu de un orden cimentado en valores individualistas, las mecánicas de la transacción, el consumo y la implantación de órdenes globales.” El presente volumen incluye textos inéditos de cinco autores consolidados en las letras guineoecuatorianas y que, en conjunto, representan tres generaciones: Donato Ndongo; Justo Bolekia; Siale Djangany; Recaredo Silebo Boturu; y Juan Tomás Ávila Laurel.

En la primera parte de Los hijos de la tribu, la muy esperada y aún inédita, tercera parte de la trilogía de Donato Ndongo, el multiperspectivismo sobre la muerte de un poderoso caudillo africano, sienta la pauta para una de las sagas más intensas que conocerán las letras guineanas.

Justo Boleika nos presenta dos relatos que en conjunto señalan la doble línea discursiva que permea la narrativa de Guinea.

En La visitante de la bahía, Siale Djangany presenta un bello cuento inspirado en la leyenda de Mami Wata, la diosa del mar. En su relato, Siale desdobla ante el lector una capa íntima e importantísima en la historia colonial de la isla de Bioko: la experiencia fernandina [los fernandinos eran esclavos liberados de Sierra Leona, Liberia y también afro-americanos que llegaron a la isla por mediación de los ingleses]. En el relato, Gregorio, comerciante miembro de la comunidad negra privilegiada durante la colonia, pacta con Mami Wata para asegurarse inmensa riqueza. Sin embargo, este arreglo y las demandas de la deidad, producen un triángulo amoroso de dimensiones mágicas y ominosas.

El poeta, narrador y dramaturgo Recaredo Silebo Boturu, el escritor más joven que participa en esta colección, ubica su relato La danza de la abuela en un espacio atemporal e idealizado de la isla de Bioko para replantear un relato de la tradición oral. De acuerdo con Elisa Rizo, la mirada de Boturu a la tradición apela a un impulso hacia la estabilización mediante la preservación de lo propio.

La colección cierra con dos cuentos de Juan Tomás Ávila Laurel, uno de los escritores más prolíferos en las letras guineanas. La obra de este autor se caracteriza por un estilo irónico y por una tendencia a temas de corte historicista. Eliza Rizo destaca el tratamiento que hace de la oralidad con el propósito de mostrar una mirada crítica de la sociedad guineana y de la mundial. De cuando Cecilia era nadadora, relato con que finaliza el libro, está narrado por un feto europeo que enuncia las cuitas vividas durante su gestación y primeros meses de vida. Desde la vulnerabilidad de la placenta, Cecilia “descubre la pobreza humana de una sociedad hastiada, pero también la esperanza traída por nuevos amigos”, en palabras de Rizo, quien sostiene que esta antología de literatura guineoecuatoriana abre caminos y veredas en la literatura escrita en español.