EDICIONES DE PUNTO DE PARTIDA |
Muestras, antologías y ediciones individuales de cuento, poesía, novela y géneros híbridos de jóvenes escritores nacionales. |
(Ediciones de Punto de Partida 20, Cuento, comp. Joel Flores)
Acerca de esta antología, Joel Flores escribe: “Sin mayoría de edad reúne 21 cuentos sobre la infancia y la adolescencia, escritos por narradores y narradoras que nacieron entre 1983 y 1993 en México, Chile, Perú, Argentina, Nicaragua y España. Con esta compilación, comparto con los lectores una suerte de brújula para acercarnos al estado actual de la narrativa escrita en español por jóvenes. Propongo que leamos a la inversa de como nos han enseñado en la escuela. Leamos a nuestros contemporáneos como si fueran nuestros clásicos. Quizás así leeremos a nuestros clásicos como si fueran nuestros contemporáneos”. La familia, los amigos, la escuela, la tierra, la música, el amor y el desamor se encuentran entre los temas de los relatos aquí reunidos.
Alharaca de Javier Raya (Ediciones de Punto de partida 19, Dirección de Literatura, UNAM, 2018) |
Nacencia de Javier Taboada (Ediciones de Punto de partida, Dirección de Literatura, UNAM, 2017) |
Aunque la casa se derrumbe de Ana Emilia Felker (Ediciones de Punto de partida 14, Dirección de Literatura, UNAM, 2017) Bernardo Esquinca escribe: “La calle aparece, por supuesto, en estas páginas, escritas con las requeridas dosis de curiosidad e intromisión: indigentes parlanchines anclados en el cementerio de las ambiciones; habitaciones de motel donde podemos mirar pero también ser espiados; manifestaciones que se convierten en un carnaval de máscaras de látex y ‘política ficción’; las masas que en su apretujamiento orillan a pensar en los desaparecidos; la pornografía expuesta como una máquina de paradojas, con sus constantes clímax y anticlímax”. Entre “lo público y lo íntimo, la banqueta y la alcoba –añade Esquinca-, la escritura de Ana Emilia Felker funciona como un preciso engranaje que nos permite asimilar la más importante lección urbana: aunque la casa se derrumbe, siempre tendremos andamiajes invisibles que nos permitirán reconstruirnos.” |
Transfronterizas / 38 poetas latinoamericanas (Ediciones de Punto de Partida; compiladora: Carmina Estrada) Treinta y ocho voces de mujeres poetas latinoamericanas se reúnen en esta antología, para dar cabida a la escritura desde distintos espacios que permitan romper con las fronteras. |
Punto ciego de Diego Casas Fernández (Ediciones de Punto de Partida núm. 15, Ensayo) Acerca de Punto ciego, la editora Carmina Estrada escribe: “Según G.K. Chesterton, el ensayo literario es, desde su nombre, “un asalto en la oscuridad”, un experimento. Afín a ese espíritu, Diego Casas Fernández arma este libro y lo nombra como aquella región de la retina donde la luminosidad es escasa: el punto ciego; esa franja de realidad que, aunque frente a nuestros ojos, nunca vemos. Así, el autor ensaya sobre sus propias zonas sin luz y las agrupa en tres apartados cuyos títulos dejan muy en claro esta forma suya de mirar aquello sobre lo que escribe: Hide and Seek –en clara referencia al acecho-, Mirada Periscopio –ver sin ser visto- y Lazarillos –la mirada asistida. |
Astronave, panorámica de poesía mexicana (1985-1993) de Gerardo Grande y Manuel de J. Jiménez
(Ediciones de Punto de partida 14, Dirección de Literatura, UNAM, 2013)
Margarito Cuéllar escribe: “¿Qué hace que la nueva poesía de una vieja época pueda leerse como vanguardia por los lectores de hoy? ¿Su ruptura o sus vínculos con la tradición? ¿El ensamblaje de sus textos? ¿La panorámica de sus sueños? ¿El alto voltaje de sus creadores? Hace años que los poetas dejaron de viajar en ferrocarril. Ahora lo hacen en naves más sofisticadas. Y quizá lo más conveniente para disfrutar ese viaje sea desanudarse la corbata, asumir la lectura como un ejercicio sin etiquetas y disfrutar del texto como quien mastica un pedazo de luna. Es posible que algunos textos de los que se incluyen en Astronave puedan recortarse, y más aún: configurarse en otros y en otros en una suma infinita en la que el resultado sea líneas que se identifican con el poema, un zumbido o fragmentos parecidos al fósil de un texto sin clasificación. El presente nos alcanzó. Hubo un país, esperanza, una tierra para sembrar, árboles cuyos frutos poéticos nos siguen alimentando, pero cada vez somos más y tenemos más hambre y el mar y el desierto se juntaron. |
Cofre de pájaro muerto de Armando Salgado (Ediciones de Punto de partida 14, Dirección de Literatura, UNAM, 2014)
Balam Rodrigo escribe acerca de Cofre de pájaro muerto: “Cofre de pájaro muerto está escrito con la hoz de un lápiz –vértebra de árbol, colmillo de can onírico, relámpago de grafito- y nos revela un personalísimo bosque de sílabas donde ethos y poiesis confluyen para dar lugar a otra forma de ver el mundo y reclamarlo con lúcida y múltiple voz. De este modo, los distintos registros líricos que caracterizan esta obra remueven los escombros de la memoria y tatúan su poesía futura en la corteza de nuestra sangre.
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Arcadian Boutique de Mara Pastor (Ediciones de Punto de Partida 13, poesía; ilust. de Lorraine Rodríguez)
Javier Peñalosa escribe acerca de Arcadian Boutique: “Es una caja abierta llena de pequeñas piezas extraordinarias. Y digo que estas piezas están fuera de lo ordinario no porque hablen de algo desconocido, lo digo porque producen una cierta extrañeza, porque descubren nuevas formas, nuevos contornos en cosas que pensamos familiares. Son piezas deletreadas a oscuras, palpadas y elegidas con la frescura de lo que se dice mágicamente por primera vez. Arcadian Boutique es un libro –cierto- pero también es una caja que contiene la sorpresa, la alegría súbita que se experimenta cuando una palabra puesta detrás de otra hace aparecer una nueva, insospechada, manera de hablar con el mundo”. |
Punto de partida núm. 185, Diez poetas de Michoacán (1980-1989)
Este número de Punto de partida amplía el panorama literario de un estado que ha destacado en la producción del género de la poesía aunque, como bien señala Edgar Omar Avilés, esto se ha modificado en la última década con nuevas voces narrativas. La poeta Leonarda Rivera, organizadora del Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes Morelia 2013, preparó para esta revista un dossier con obra de diez poetas precedida por dos poemas de la destacada escritora Lucía Rivadeneyra, cuya obra se caracteriza por un erotismo fino. Los autores antologados por Rivera, nacidos en los años ochenta, son michoacanos por nacimiento o elección y han figurado en distintas publicaciones, además de que son autores cuando menos de un libro. Algunos de ellos han ganado premios. |
Punto de partida núm. 184, Diez narradoras (1980-1984)
El número 184 de Punto de partida contiene un dossier de nuevas narradoras que pertenecen a una generación notable y prolífica. Se incluye aquí cuento, minificción y fragmento de novela de diez escritoras: Valeria Luiselli, Laura Zúñiga Orta, Úrsula Fuentesberain, Daniela Bojórquez, Laia Jufresa, Gabriela Torres Olivares, Brenda Lozano, Mariel Iribe, Claudia Reina y Ave Barrera. Todas ellas nacidas en los primeros años de la década de los ochenta. Abre el número Ana García Bergua quien nació en 1960. En la parte gráfica, el número contiene un portafolio de la fotógrafa Andrea Martínez, así como reseñas de Elisa Aguilar Funes y de Gabriel Rodríguez, ganador del Sexto Concurso de Reseña Teatral convocado por la Dirección de Teatro de la UNAM. |
Ternura de Ileana Garma
El escritor Ángel Ortuño escribe acerca de Ternura: “La palabra ternura no es un título sencillo: pareciera implicar el riesgo de la sensiblería por medio de la reiteración de imágenes convencionales o, también, el de la parodia fácil (como si esta última fuera hoy en día la única posibilidad de abordar tal asunto). Ambos escollos son aquí limpiamente librados mediante una imaginería frondosa –pero nunca ornamental– que se vale con solvencia de múltiples recursos formales: la aliteración discreta que no persigue sólo fuegos de artificio eufónicos, la escansión certera de los versos, los encabalgamientos o la calculada supresión o deslocalización de signos de puntuación figuran entre los más relevantes. |
Extraños de ánimo de Alejandro Stilman
“En los cuentos es mejor no decir lo suficiente que decir demasiado”, apuntaba Antón Chejov. Esta cita del escritor ruso citada por Vicente Batista preanunciaría lo que después se conoció por el dato oculto o el iceberg: por debajo de la historia que se está contando hay otra que no se cuenta pero que se vislumbra, que cada lector vislumbra. “En esa suerte de pacto secreto –sostiene Vicente Batista- reside precisamente la magia del cuento”. De acuerdo con Batista, Alejandro Stilman “sabe de esa magia y la pone en práctica como únicamente los mejores magos saben hacerlo: seduce con su escritura, ya sea por lo que en ella dice o por lo que en ella calla, y logra que invariablemente el asombro se repita al final de cada historia”. Todo relato, advierte Batista, “exige un modo de ser narrado” y agrega: “parafraseando el título del notable cuento que abre el libro, puedo decir que Stilman conoce los infinitos modos de narrarlos”. |
Babia de Karen Villeda
La comarca de Babia, en el reino de León, fue en el medioevo lugar de reposo de la corte. Tierra montañosa, paso en la ruta de viajeros, es el hito donde Karen Villeda entreteje su viaje al origen. La autora recrea personajes inquietantes –el rey, la dama, los viejos– y nos conduce por un paisaje de recuerdos a través de un índice que es en sí el itinerario. Se ubica como parte y testigo de una historia abierta en su “Escritura paternal”, narrada desde voces distantes que a la vez son una. Nosotros, sus lectores, la acompañamos –no sin cierto pudor- en un viaje a la semilla por esta Babia perturbadora, punto geográfico y estado anímico. |
La aldea de F., Las Microlocas, Eva Díaz Riobello, Isabel González González, Teresa Serván e Isabel Wagemann (Dirección de Literatura, UNAM, ediciones punto de partida 9, 2011)
Escrito a ocho manos, La aldea de F. tiene su punto de partida en El guardagujas, de Juan José Arreola, donde los personajes, de acuerdo con Clara Obligado, autora del prólogo, “se ven abocados a entregarse, al azar, a un desconcierto en las relaciones que podría ser el símbolo de la condición del hombre moderno, incapaz de decidir su propio destino”. Hay un espíritu fundacional en este libro de microrrelatos, explica Obligado, “que busca, a través de revisitar la literatura latinoamericana, una apropiación realizada desde la península”, un diálogo con su producción híbrida. Las autoras “dejan el tren detenido y, rodeándolo, van creando la aldea de F., una aldea que, para sorpresa del propio Arreola, está vista desde la perspectiva de las mujeres”. |
La novela comienza de Gerardo Piña (Dirección de Literatura, UNAM, ediciones punto de partida 10, 2011)
Dice Gerardo Piña que, en el fondo, toda literatura es policiaca porque sin una transgresión y una exploración de lo que la origina, no hay trama que interese. En La novela comienza un profesor de literatura es acusado de haber asesinado a su esposa. Algunas pruebas apuntan hacia su culpabilidad, pero no todo crimen se resuelve en los hechos. A veces es necesario recurrir a la ficción para encontrar los indicios más contundentes; lo que es más, en esta novela es el lector quien hará las veces de detective y tomará el caso en sus manos. |
Los libros de la fatalidad de Julio César Toledo
(Dirección de Literatura, UNAM, ediciones de Punto de partida, 2012)
"La verdad es un tren de mentiras" lleva por título uno de los relatos de este libro de Julio César Toledo, y esta sentencia funciona como leitmotiv de los cuentos reunidos en este volumen. Dividido en cinco partes, Los libros de la fatalidad discurre en una estructura lineal que va del "Libro de las señales" al de las "Visiones", y en este camino transitan las verdades, las transfiguraciones y las contradicciones, todas parte de esta gran mentira que se hace verdad en la ficción. Cada cuento guarda en algún renglón de su hechura la ruptura de lo habitual, el asalto violento que la imaginación le hace a la realidad. Los libros de la fatalidad es, en ese tenor, una batalla contra la tiranía de la verdad y de otras calamidades. Todo en estas páginas resulta ser un espejismo, una idea que contradice su propio origen. Un adolescente inadaptado que encuentra refugio en la axila de su mejor amigo, un escritor transfigurado en estrella pop, a la vez transfigurada en el autor del relato; un niño anfibio, otro que descubre su vena de fabulador; el diablo hecho carne como justificación de la conducta… Esto y mucho más son parte fatal de este libro, entendida la fatalidad como la cualidad de lo inevitable. El resultado es un conjunto entrañable, una suerte de maraña de hilos entretejidos, sea por el desdoblamiento de los personajes, las locaciones que se entrecruzan o las situaciones que podrían ser vividas –o no– por cualquiera de las voces en este concierto de mentiras. |
Metaficciones, de Rafael Toriz |
Datsun de Xitlalitl Rodríguez Mendoza
Xitlalitl Rodríguez Mendoza crea un personaje entrañable en el poema extenso que da nombre a este volumen, Datsun, cuya voz se extiende con la persistencia exuberante del reino vegetal en las primeras hojas de esta edición. La segunda parte del libro incluye dos secciones que dan fe del amplio registro formal y temático de esta poeta: ”La cajita feliz”, armada en el terreno de lo lúdico e imbricada con la mirada cómplice del lector; y “Apuntador”, ejercicio léxico que echa mano de los recursos del guión cinematográfico para contar una historia a caballo entre la plasticidad de la pantalla y la fijeza mutable del territorio onírico. Datsun abre diversas posibilidades de lectura. |
Dos caminos de Paul Medrano
Si, como afirma Paul Medrano desde las primeras líneas de Dos caminos, novela finalista del virtuality literario Caza de Letras 2008, todo es dicotomía, bifurcación, elección de senderos, los que atravesarían las páginas de este libro serían los cruces de caminos entre la realidad y la ficción; naturalezas no enfrentadas ni opuestas sino cómplices y complementarias conforman un orbe en el cual un polo justifica al otro, lo completa y lo vuelve más tangible, más concreto y corpóreo. De intrincada armazón, la novela echa mano de diversos recursos formales para narrar el enfrentamiento entre los dos cárteles más poderosos de la escena nacional y de sus respectivos lugartenientes. No obstante, y como por descuido, aparece un guiño que revela el verdadero motivo del relato: la fastuosa correría de los hombres misteriosos y prepotentes que controlan la distribución de los estupefacientes en el país no es sino la máscara para contar la angustiosa historia de un hombre común por salvar su vida. |
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