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COEDICIONES |
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Intolerancias, de Víctor Hugo Rascón Banda
Intolerancias (Dirección de Literatura–Casa Juan Pablos, 2005) reúne tres obras de teatro del entrañable dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda, fallecido en julio del año en curso: “Apaches”, “El deseo” y “Mujeres que beben vodka”. Las dos primeras fueron escritas durante una de las muchas veces que estuvo internado en el hospital, entre sueros, tanques de oxígeno y transfusiones de sangre, como lo refiere él mismo en el prólogo. |
Diferencias |
Crónicas y ensayos de Marius de Zayas (Dirección de Literatura-UNAM / DGE|Equilibrista / Conaculta, 2009) Crónicas y ensayos (Dirección de Literatura UNAM, DGE|Equilibrista, Colección Pértiga), de Marius de Zayas (1880-1961). Reúne por primera vez las crónicas y ensayos que a principios del siglo escribió el escritor y caricaturista sobre la vida en las ciudades de París y Nueva York. Con una prosa ágil y no exenta de sentido del humor, Zayas registra las múltiples actividades prevalecientes en los entornos teatral y artístico de ambas ciudades. Refleja, asimismo, las impresiones del autor sobre artistas como Paul B. Haviland, August Rodin, Eugène Carrière y Pablo Picasso.
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El león y el arcángel. Antología de cuentos italianos |
Rumores de silencio de Enrique Maza
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Los orillados de Hernán Bravo Varela |
La voz del espejo de Fabienne Bradu |
Ciudad de la memoria de José Emilio Pacheco Ediciones Era / Dirección de Literatura, UNAM, 2009. Ciudad de la memoria, de José Emilio Pacheco, toma su título de un poema del chileno Enrique Lihn incluido en su libro París, situación irregular: “Vivimos todos en la ignorancia total, en la ciudad de la memoria. Borrada”. La ciudad que habita las páginas de este libro del poeta recientemente galardonado en Madrid con el Premio Reina Sofía de Poesía no tiene existencia física. La memoria y acaso la nostalgia devienen metáforas del tiempo y el espacio de una ciudad, cualquiera, llámese París, Colima o México: el nombre no importa. La lluvia, el caracol, la cerámica de Colima, las parejas, los insectos e inclusive la ceniza constituyen la materia prima que le permite al poeta transformarla en versos donde se combinan la profundidad y la ligereza. Publicado por vez primera en 1989, el libro incluye poemas escritos entre 1986 y 1989. Si en su libro anterior, Miro la tierra, José Emilio Pacheco abordó la temática de la tragedia provocada en la capital mexicana por el terremoto de 1985, en Ciudad de la memoria el autor vuelve la mirada hacia los objetos y los seres que habitan la urbe y los reconstruye, les da un nuevo significado a través de la poesía. En “Caracol” se vislumbran ecos de la poesía de Nezahualcóyotl: “A vivir y a morir hemos venido. / Para eso estamos. / Nos iremos sin dejar huella. / El caracol es la excepción. / Qué milenaria paciencia / irguió su laberinto erizado, / la torre horizontal en que la sangre del tiempo / se adensa en su interior y petrifica el oleaje, / mares de azogue opaco en su perpetua fijeza.” |
Especímenes de folclore bosquimano de Elías Canetti |
Alfabeto de las esfinges de Adolfo Castañón |
Por qué importa Sinatra de Pete Hamill
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Una pequeña marquesa de Sade de Cube Bonifant |
Una habitación desordenada de Vivian Abenshushan
El ensayo es un paseo, o mejor: una deriva –escribe Vivian Abenshushan-, es decir, una excursión fortuita, imprevisible y llena de riesgo a través de zonas poco exploradas del pensamiento”. Una habitación desordenada (Pértiga, 2007) reúne la primera colección de ensayos de esta narradora, ensayista y traductora nacida en 1972.
Los insectos, el acto gozoso de rascarse la cabeza o de leer en la cama, una escalera laberíntica en un edificio de ladrillos púrpura, las albercas y el zapping caben en las páginas del libro cuyo hilo conductor es acaso el orden en medio del caos: el orden que adquieren los objetos a través de la escritura en esta habitación caótica tan sólo en apariencia. |
Sor Juana a través de los siglos (1668-1910) de Antonio Alatorre
Sor Juana a través de los siglos (1668-1910), (UNAM / El Colegio Nacional / El Colegio de México), de Antonio Alatorre, reúne en dos tomos casi medio millar de textos. En el prólogo, el escritor explica: “Mi recopilación de textos constituye una ‘historia’: la historia de la fama de sor Juana, contada por sus propios actores”. |
¿Quiénes somos?, de Margarita Castillo
Elena Poniatowska la describe así: “Frágil y apasionada, fuerte, llena de vida, generosa, bondadosa, amiga. La voz que viene del alma”. El periodista Leonardo Frías Cienfuegos traza una semblanza muy breve de la autora: hace teatro, cine, poesía y su labor en Radio unam ha sido muy importante desde hace 29 años. |
El falso cuaderno de Narciso Espejo de Guillermo Meneses (Dirección de Literatura, UNAM / Vanilla Planifolia, 2013)
En esta obra el yo del personaje se disloca –al igual que en el mito de Narciso- en medio de un juego de reflejos en el cual se cruzan simbologías, identidades y voces narrativas. Narciso Espejo es un personaje angustiado, siempre en zozobra, que es refutado por un tal Pedro Pérez; al escribir los recuerdos sobre Narciso al inventarlos, al hacerlos pasar por auténticos, Juan Ruiz crea una novela, es decir, otra ficción, un libro en el que todo parece verdad, pero puede ser mentira, invento, falacia. El autor de las memorias de Narciso duda sobre lo que escribe, titubea sobre la validez de todo conocimiento y elabora preguntas continuas que ponen en tela de juicio el conjunto. El falso cuaderno de Narciso Espejo es un bildungsroman como también lo es El retrato del artista adolescente.
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De repente un toquido en la puerta de Etgar Keret (Dirección de Literatura, UNAM / Sexto Piso, 2012)
De repente un toquido en la puerta hilvana un cúmulo de historias, personajes entrañables y situaciones hilarantes –y al mismo tiempo desconcertantes- que caracterizan a los breves pero contundentes relatos de Etgar Keret. Llenos de humor, tristeza, compasión, pero sobre todo de un gran sentido del absurdo de la vida, los cuentos que componen este libro, considerado su trabajo más maduro hasta ahora, han confirmado a su autor como uno de los escritores más originales de su generación. Un pez-genio capaz de conceder deseos, un agujero que conduce a una dimensión desconocida en la que podemos vivir con las mentiras que contamos, un hombre capaz de saber y decir por anticipado exactamente lo que uno dirá tres segundos después, uno más que de tan aburrido se sienta todos los días en un café y se hace pasar por alguien que no es, una malograda fiesta sorpresa a la que asisten tan sólo tres personas que ni siquiera conocen bien al festejado, una empresa que vende buen clima todo el año, niños berrinchudos pero a la vez nobles y muy bien educados, hombres neuróticos, mujeres posesivas y solitarias, gente prejuiciosa, otros que sólo piensan en hacer dinero…toda una extraña pero muy familiar fauna a través de la cual el autor satisface los deseos no sólo de sus lectores sino incluso de sus mismos personajes, que en uno de sus cuentos, le piden a un tal Keret, a punta de pistola, que les cuente una buena historia, “no cualquier historia, sino una verdaderamente buena”. Y cuando éste está a punto de hacerlo…alguien más da, de repente, un toquido en la puerta. |
La palabra contra el silencio, Elena Poniatowska ante la crítica (Dirección de Literatura, UNAM / Ediciones Era, selección y prólogo de Nora Erro-Peralta y Magdalena Maiz-Peña, México, 2013)
Nora Erro-Peralta y Magdalena Maiz-Peña escriben en el prólogo: “Elena Poniatowska se ha consolidado en sus sesenta años de producción literaria, periodística y cultural como referencia obligada e indispensable en el panorama de la literatura mexicana y de las letras latinoamericanas contemporáneas. Su contribución al debate intelectual, literario, cultural y de género se sitúa y nos sitúa en los límites de un impulso creativo nacido de una conciencia artístico-política y de una óptica de género inconformes”. Los ensayos aquí reunidos vinculan temáticas, problemáticas y debates culturales significativos en un volumen que, a decir de las compiladoras, “habla del género y desde el género, respondiendo a una obra literaria que se arraiga en un proyecto de vida, vocación, pasión y compromiso". |
Pelourinho, de Tierno Monénembo (Dirección de Literatura, UNAM / vanilla planifolia; traducción de Paula López Caballero, México, 2013)
Un escritor africano busca en Salvador de Bahía, la primera ciudad colonial de Brasil, las huellas de sus raíces. La irrupción del “Escritore” cimbra la cotidianidad de los habitantes de Pelourinho, el centro histórico, antigua sede del mercado de esclavos y también el nombre del poste en el cual se les azotaba públicamente. Dos personajes nos guían por los barrios bajos, donde se vive de la rapiña y el asalto bajo la protección de los antiguos dioses africanos. Uno es un ladrón sin escrúpulos aparentes; el otro, una ciega que ve todo. En el transcurrir de su doble relato se tejen inextricables ligas genealógicas, a imagen de las ambiguas relaciones que unen y separan el África originaria y la América de la diáspora. Entre ruas, bares y favelas, donde se pisotean cabessas negras, los adoquines negros y redondos así llamados por los propietarios de esclavos, se representa en cada instante la tragedia del origen: la apasionada y violenta -¿y vana?- búsqueda de la identidad. |
Primer manifiesto nadaísta y otros textos, de Gonzalo Arango (Dirección de Literatura, UNAM / vanilla planifolia, México, 2013)
“Grito de rabia”, de acuerdo con Philippe-Ollé Laprune, el Primer manifiesto nadaísta del poeta colombiano Gonzalo Arango se da a conocer en 1958 cuando se funda el movimiento nadaísta, “acaso el más estrepitoso e inútil sobre la empobrecida tierra y frente a la empobrecida mente humana”, como lo refiere Jotamario Arbeláez en el prólogo. Arango define así el nadaísmo: “En un concepto muy limitado, es una revolución en la forma y en el contenido del orden espiritual imperante en Colombia. Para la juventud es un estado esquizofrénico-consciente contra los estados pasivos del espíritu y la cultura”. En el exordio Philippe-Ollé se pregunta: “¿Cómo, en el seno de un universo sórdido y cerrado como aquél de la Colombia de los años cincuenta, puede un hombre levantarse y gritar de rabia?” Y añade: “Este hombre sólo se representa a sí, saturado de amargura y desarmado frente a un sinnúmero de soluciones imposibles. Su grito sólo expresa su malestar y no es más que la voz de su postura y de su decepción frente a la vida que se le propone”. |